En busca de acercarse más a sus miembros y ser útiles a las comunidades en las que se encuentren, la mayor organización de masas del país llega a su aniversario 61 con la máxima de seguir defendiendo la Revolución desde cada cuadra. En ese empeño, se trata de lograr que sean los propios cederistas quienes dinamicen sus barrios y los principales protagonistas de los cambios sociales.
Hacer del barrio un lugar mejor, es la meta. Hoy el propósito de los CDR es que los jóvenes, y no tan jóvenes, busquen alternativas para movilizar las cuadras y lleven a cabo acciones, que por muy pequeñas que parezcan, contribuyan al desarrollo comunitario y familiar.
Este nuevo aniversario llega con bríos diferentes, con el apoyo de organismos de la administración central del Estado y entidades, los cederistas impulsan las mejoras constructivas y acciones de remodelación en los espacios de la comunidad, siendo ellos los máximos beneficiarios.
No es de extrañar entonces, la constante implicación del Ministerio de la Construcción y sus OSDE en ese proceso. Hasta los barrios de Centro Habana y Arroyo Naranjo han llegado constructores, operarios y directivos para con ayuda de la población transformar los barrios.
La renovación en Centro Habana, que ejecuta el Grupo Empresarial de Materiales de Construcción de Cuba, incluye la reconstrucción de cinco ciudadelas en mal estado en el consejo popular Dragones, además de dar un importante impulso a los viales, fundamentalmente en la reparación de aceras, bacheo, remodelación de parques y sustitución de luminarias
Igualmente, en el referido consejo y en Los Sitios se incluye la rehabilitación de 48 consultorios médicos y ocho escuelas. En esa última localidad habanera, los trabajadores de la construcción intervienen en un Hogar Materno, con capacidad para atender a madres del municipio y La Habana Vieja. Otra de las tareas más complejas que realizan los obreros de Aguas de La Habana por estos tiempos es el cambio de las líneas sanitarias con el propósito de sustituir el antiquísimo sistema de drenaje de Centro Habana.
Para llevar a cabo una revolución constructiva en las comunidades, sin dudas, se necesita del apoyo de los vecinos. Hace unas semanas, un jefe de brigada del sistema de la construcción, nos comentaba que sin el protagonismo de los cederistas en la tarea, el ánimo y hasta por la taza de café al mediodía, no hubiesen podido en tiempo récord construir un puente de hormigón, donde antes había una estructura metálica que impedía el paso de vehículos.
La transformación en los barrios también se pretende que sea cultural, al abogar por el rescate de la identidad cubana, amenazada hoy por patrones de consumo capitalistas. Por ese motivo, proyectos sociales como el del Cabildo Quisicuaba- que el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel visitó recientemente- son esenciales para reinsertar a los jóvenes de familias disfuncionales, mujeres violentadas, ex reclusos y madres solteras en la sociedad.
Aunque el contexto epidemiológico actual no permite realizar las grandes celebraciones acostumbradas, este nuevo cumpleaños no pasará por alto el trabajo de los cederistas implicados en el enfrentamiento de la COVID-19, ya sea desde un hospital, un centro de aislamiento o una institución científica.
El 28 de septiembre arriban a 61 años de fundados los Comités por el Comandante en Jefe Fidel Castro, quien encontró en las masas, su membresía, una pujante fuerza para en los barrios enfrentar y neutralizar a los enemigos de la Revolución, y con el tiempo, además de la vigilancia revolucionaria, asumir tareas que ya se han vuelto tradicionales como las donaciones voluntarias de sangre, la recogida de materias primas y el trabajo social con las familias vulnerables.

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